La Institución Educativa María Auxiliadora Fortalecillas viene trabajando por la Educación Integral de la niñez y la juventud en el corregimiento de Fortalecillas. En su espacio se crean y comparten formas posibles de encuentro, diálogos concertados y un acompañamiento permanente por parte de los docentes y directivos docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje
Nuestras normas de convivencia son el resultado de la participación, el diálogo y la concertación de todos los miembros que conforman la comunidad educativa: estudiantes, docentes, padres de familia y directivos, quienes soñamos con una institución donde se respeten los derechos humanos, se ejerza la ciudadanía y se viva una cultura de paz.
El ser humano no se concibe solo, está inmerso en un entorno en el que interactúa con otras personas, por ello es necesario establecer normas y principios que permitan la convivencia y conduzcan la persona hacia la construcción de una ciudadanía donde pueda elegir y ser elegido con criterios fundamentados en la justicia, la solidaridad y la democracia, y ante todo por el respeto a los derechos humanos del otro y la valoración de su entorno.
La convivencia y la paz son posibles si todos los que hacemos parte de la comunidad educativa formamos en valores humanos y desarrollamos en las personas formas de pensar, de sentir y de actuar coherentes con principios éticos y humanos dentro de un ambiente democrático y participativo.
A la luz de la Constitución Política de Colombia de 1991, la ley de infancia y adolescencia 1098 de 2006, la ley de juventudes, el decreto 1290 de 2009, la ley de Convivencia Escolar 1620 y el decreto 1965 del 2013, la Comunidad Educativa asume y resinifica el Manual de Convivencia para crear ambientes de aprendizaje donde prevalezca la armonía, el trabajo en equipo y la sana convivencia de todos sus miembros.
La Institución Educativa María Auxiliadora Fortalecillas posibilita con las normas de convivencia el cumplimiento de los deberes y derechos, la vivencia de los valores, la participación democrática, la formación para la ciudadanía, el ejercicio de los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar, reconociendo en la niñez y la juventud, la más grande esperanza de una sociedad, con la capacidad de proponer y realizar acciones de vida que promuevan la paz como alternativa para lograr la armonía en la institución y haciendo de ésta una zona franca de paz donde sea posible el “vivir juntos”
- Formar personas que se auto-reconozcan, forjen grandes ideales, sean reflexivos, responsables, críticos, tolerantes con gran sentido de pertenencia y liderazgo.